jueves, 23 de diciembre de 2010

La Cueva


Vuelvo a este lugar que contiene veinte años,


el mismo lugar que conoce esa temible intimidad,


en ella transcurrieron todos los estados y todas las emociones,


aquí estuvo la explosión y la implosión,


la esperanza y la desesperación,


pero aquí nunca se dejo de florecer con dolor de parto constante.


En este mi hogar llega la luz cargada de notas musicales.


Veo en derredor la cicatriz del tiempo con los nuevos libros,


nuevas pinturas en las paredes,


nuevos aromas,


nuevas canciones,


en este sitio no se detuvo el tiempo, pues todo en el recinto marcha lento,


como un cronometro marcado por el insomnio;


esos ojos inquietos que no se pierden un minuto de la transformación.


Mí cueva hoy es otra y yo un extraño,


sin embargo los fantasmas que yacen aquí son carbones encendidos que mantiene tibia la cueva,


Para conservarla amorosa, tan digna como la palabra HOGAR,


Que tanto eleva los sueños de patria tranquila.


Esta es mí barca,


mí nave,


tren,


mí automóvil,


mí motocicleta,


mí nube,


mí máquina del tiempo,


desde aquí llego a mi alma y al resto del mundo.


Estamos en viaje.



1 comentario:

Anónimo dijo...

dueños de nuestro navio, danzamos al ritmo de las olas, de un mar inospito y en vespertinas alzamos nuestra mirada al cielo y vemos que somos un pequeño insecto jediondo en este paraiso.!!!

me gusta como escribes sigue así!